Despoblación en medio del invierno… demográfico

Despoblación e invierno demográfico

En pleno siglo XXI, España enfrenta un reto demográfico de gran envergadura: la despoblación. Las cifras evidencian una disminución constante de la población en las zonas de interior. Numerosas regiones, como Andalucía, se ven afectadas y mancan una tendencia que amenaza el tejido social y económico de estas comunidades. Hablamos de pérdida de población y envejecimiento de la que permanece. 

La despoblación de un territorio no aparece per sé, hay vectores que la explican como las inversiones públicas en el tiempo, las infraestructuras, la geografía, la estructura demográfica, cercanía o lejanía a polos de atracción, políticas públicas, factores culturales…

No podemos entender la despoblación en España sin hablar del “invierno demográfico”, que apareja la incapacidad de la población para aumentar su natalidad y generar un relevo generacional. Por lo que nos guiaremos por dos conceptos: despoblación e invierno demográfico.

Algunos datos:

  • España Edad media año 2000: 37,6 años
  • España Edad media año 2020: 44,9 años

En 2022 en toda España solo en dos provincias nacieron más niños/as que personas murieron (Murcia y Almería). Las mujeres en edad fértil, entre 20 y 44 años, no superan el 17%. La edad media para el primer hijo/a supera los 32 años. Todos estos son datos que podemos encontrar en el INE y que son comentados en artículos como éste.

Estos fenómenos que se retroalimentan (despoblación e invierno demográfico) tienen poderosas consecuencias sociales y económicas directas que afectan a nuestro país. Hablamos de dependencia, pensiones, sanidad… 

Andalucía no escapa a este fenómeno. Existe un envejecimiento paulatino de la población. La despoblación afecta especialmente a áreas rurales e incluso a capitales de provincia del interior como Córdoba (-9.000 habitantes la última década). La migración de jóvenes en busca de oportunidades fuera de sus lugares de origen ha dejado una huella demográfica y económica.

La despoblación no solo implica la pérdida de habitantes. También conlleva la disminución de servicios esenciales, la decadencia de la actividad económica y el riesgo de perder la identidad única de estas localidades. Este escenario plantea la necesidad de estrategias efectivas para abordar el problema de manera integral.

En este contexto, el comercio de cercanía se erige como una herramienta crucial para combatir la despoblación. Apoyar a los pequeños negocios locales no solo revitaliza la economía sino que también fortalece los lazos comunitarios. Además de ser generadores de empleo, estos comercios a menudo actúan como centros sociales, convirtiéndose en puntos de encuentro para residentes locales.

Un ejemplo lo podemos encontrar en un pueblo como El Guijo, de 344 habitantes en 2022. La apertura de un bar que actúa como lugar de reuniones para los pensionistas y la vecindad es un espacio que genera vida comunitaria y presta servicios básicos. Una “pequeña” iniciativa cambia la faz y el espíritu de un municipio.

No obstante, para que estas estrategias sean verdaderamente efectivas, es imperativo abordar la necesidad de inversiones económicas públicas y privadas en estas zonas. Las inversiones pueden catalizar el desarrollo de infraestructuras, el apoyo a las familias, la creación de empleo y el impulso de iniciativas empresariales locales. Estos fondos son vitales para asegurar que los esfuerzos para revitalizar las comunidades sean sostenibles a largo plazo.

Esto es una forma de luchar por la igualdad, palabra muy de moda. Igualdad de oportunidades y en el acceso a servicios públicos.

Estas inversiones deben atender a las demandas de la población y ser sostenibles en el tiempo por la actividad económica pública y privada del territorio. Se necesita una financiación que comprenda que los ayuntamientos de menos de 5.000 habitantes carecen de recursos técnicos y humanos para lidiar con la burocracia, redactar complicados pliegos técnicos o adelantar gastos financieros del proyecto. La cofinanciación no es posible en muchos casos por el escaso presupuesto del que disponen.

Desde nuestra experiencia como consultores especializados en estrategias de desarrollo creemos que estamos ante un reto formidable. En esta casuística abogar por estrategias que promuevan la sostenibilidad económica y social se vuelve fundamental. Es necesario fomentar iniciativas que consigan la creación de empleo, la formación y el apoyo a emprendedores locales. Estos elementos contribuyen a construir comunidades más resilientes frente a la despoblación junto a otros factores como el mantenimiento de servicios públicos y la actividad social y cultural.

En nuestra modesta opinión, el desafío de la despoblación en Andalucía y otras regiones de España requiere una respuesta unificada política, social y económica. Entender que no hablamos solo de despoblación. Hablamos también de natalidad, unidades familiares, oportunidades vitales, redes de apoyo y cuidado. Es un reto país fomentar un reequilibrio en los territorios. El comercio de cercanía y las inversiones económicas inteligentes y diseñadas de abajo a arriba se erigen como pilares clave en esta lucha, actuando como catalizadores para el renacimiento económico y social de estas comunidades. Insistimos, la solución va más allá de un solo sector o factor, necesitando la colaboración entre gobiernos, comunidades locales, tejido empresarial y equipos experimentados en desarrollo local.

El camino hacia la revitalización de estas regiones implica un esfuerzo colectivo y estrategias innovadoras. No existen recetas mágicas, eviten los cuentos que hablan de un pasado idílico y piensen en el futuro que desea para su pueblo. La sostenibilidad y el renacimiento de estos pueblos puede ser posible o no, depende de lo que estemos dispuestos a hacer e invertir. 

En 3CS Estrategia Económica pretendemos apoyar estrategias de desarrollo y planificación que contribuyan a luchar contra la despoblación. ¿Hablamos?

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